Alrededor de las 12 de la mañana comienza el tour de aventura por el Río Chillar. Al principio el lecho del río todavía está seco. La arena y los guijarros se alinean en el camino. Tienes que caminar de uno a dos kilómetros a través de grandes y anchas gargantas antes de ver la primera gota de agua. Es uns pequeña chorrera. Simplemente se va en la tierra seca. Nada en este punto indica un río torrencial. Pero de repente todo va muy rápido. Si tu sigues la chorrera más lejano hacia el interior de la Sierra Tejeda, Almijara y Alhama, la chorrera va a estar más grande y ancha. Después de 500 metros, se encuentra el primer punto culminante de la excursión: una grieta desde la que salpica el agua de la montaña. Con las calurosas temperaturas del verano, este refresco llega exactamente en el momento adecuado.
Después del refrigerio se tiene que ir unos metros por arriba. En la cima, el río Chillar corre como un arroyo normal. Paso a paso el agua sube. Después de una caminata de unos dos o tres kilómetros a través del arroyo y las gargantas estrechas, llegamos a una primera presa de agua. Hay algunos niños chapoteando. Numerosos excursionistas hacen un pequeño descanso en este punto. En el río subimos más cuesta arriba. Los árboles que se encuentran al otro lado del río tienen que ser superados. Esto es pura aventura.
Después de un total de unos cinco o seis kilómetros, la potencia propia disminuye lentamente. Hay pequeñas bahías junto al río donde se puede descansar, comer y recargar las pilas. También hemos decidido dar marcha atrás en un momento dado. Porque ya son las 16 horas. Y el camino de regreso es un poco más difícil que el de salida, porque va cuesta abajo y a menudo no se sabe cual es la profundidad del agua. También en los estiramientos planos no debe moverse rápido, ya que podría resbalar sobre las piedras.
La naturaleza es fantástica y perfecta para un viaje. El recorrido por el Río Chillar es adecuado para toda la familia. (Redactor/Fotos/Video: Michael Trampert | No nativo)